Los mandamientos son advertencias de un padre, todo padre advierte al
hijo de cosas que le pueden traer dolor, tristeza, amargura, odio,
rencor, ansiedad, desesperación y con eso la muerte.
Muchos hijos
creen que en esa advertencia se le está robando la felicidad, creen que
el padre solo quiere quitarle la oportunidad de ser feliz, sin embargo
todos los que han obedecido han sido testigos que el padre decía la
verdad.
Algunas veces requieren ser padres para darse cuenta que todo padre bueno, busca únicamente el bienestar de su hijo.
Sin embargo sus advertencias por no llamarlas mandamientos, algunas veces las consideran mejores que las de su padre.
Al final la sabiduría viene del tiempo y la experiencia y es cuando se puede llegar a valorar los mandamientos.
Para algunos puede parecer tarde, sin embargo nunca es tarde para el que quiere.
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